
El festival Moujuïc llega este año a su cuarta edición, reforzando el compromiso con acercar la danza y el movimiento a nuevos públicos, sin renunciar ni a la dimensión territorial ni a la promoción de la creación contemporánea. Con una programación hecha desde la convicción de que los públicos no sólo deben buscarse, sino generarse. El fin de semana del 25 y 26 de mayo el festival llega intramuros y toma el Castillo de Montjuïc con el formato habitual: con una propuesta pensada para todo tipo de espectadores junto a un equipo de mediación para acompañar a los nuevos públicos.
Las propuestas principales de la programación en el Castillo son: Quien baila, su mal asusta de Pol Jiménez y Joaquín Collado; Taranto Aleatorio de La Chachi; El Carnaval no se alegre – Tiny Desk de Natalia Fernandes; Verónica de Magdalena Garzón; EXIT de cía. Circunstancias; Idiófona de Joan Català; La escucha cae dentro de Lautaro Reyes; Los Perros de Led Silhouette y Marcos Morau
Moujuïc es un festival de danza con una visión de ciudad y territorio evidente. Este año llega más lejos, la programación Moujuïc Al Barri da presencia a los barrios del entorno inmediato de la montaña los días 5, 10, 11 y 17 de mayo , y evidencia las sinergias con otros actores de la ciudad, como el Ateneo Popular de Nou Barris, entre otros.
El festival profundiza también en la relación con el ecosistema cultural del territorio, introduciendo un eje de reflexión sobre el trabajo conjunto con el centro cívico del Sortidor, demostrando que el mayor recurso que existe en el mundo de la cultura es el trabajo en red . En este sentido, se suma también el proyecto EN RESIDENCIA, en el que centros de enseñanza de la ciudad metropolitana acogen procesos de creación contemporánea.
El Castell de Montjuïc será, una vez más, el escenario de un proyecto que quiere rebasarlo. Lo hace, de nuevo, con una amplia programación seleccionada en el milímetro para garantizar que la danza, y los lenguajes del cuerpo, lleguen a todos. Y con el resto de elementos que son el ADN del proyecto estos cuatro años: aperturas de proceso, tanto de creación como comunitarios, un taller para familias y, muy especialmente, un equipo, y espacio, de mediación, la herramienta sobre la que se construyó todo el proyecto.