
Exposición abierta en el Archivo Municipal de Sant Adrià de Besòs «Isabel Rojas Castroverde», del 12 de marzo al 20 de diciembre de 2024. Una producción de la Oficina de Patrimonio Cultural de la Diputación de Barcelona, en colaboración con el Museo de historia de la inmigración de Cataluña (MhiC).

Exposición compartida dentro del proyecto Memoria en Red. Una iniciativa de la Diputación de Barcelona que quiere destacar la importancia de los museos y archivos como depositarios de un legado histórico común. Consulte el folleto de la exposición .
Como consecuencia del golpe de estado de 1936, en Cataluña comienza una movilización sin precedentes para hacer frente a los sollevados. Una parte de la población se integra en las fuerzas que deben combatir en el frente; la otra contribuirá al esfuerzo de guerra desde la retaguardia. En un contexto de guerra abierta, de revolución social y de aislamiento internacional, la economía del país se vio obligada a adaptarse a la nueva situación. La industria se transforma para producir armas y todo tipo de materiales para el frente. El campo se organiza para producir alimentos y se crean redes asistenciales para atender a las personas heridas y la población desplazada. También se organiza la “Defensa Pasiva” como respuesta a los ataques aéreos.
Las colectivizaciones agrarias fueron un fenómeno habitual en la Cataluña revolucionaria, donde se pueden llegar a contabilizar en torno a 258, distribuidas, especialmente, en las Terres de l’Ebre, el Camp de Tarragona, el Delta del Llobregat, l ‘Empordà y el Pla de Barcelona, entre otros lugares.
Pocos meses después del estallido de la Guerra Civil, tiene lugar la colectivización de los campos agrícolas de Sant Adrià de Besòs. Un proceso durante el cual tanto los terrenos como la maquinaria de cultivo y recolección pasaron a estar bajo el control de la Colectividad de Campesinos de Pla de Besòs, integrada en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
En Sant Adrià de Besòs se colectivizaron 39 propiedades agrícolas, de las cuales 6 lo hicieron de forma voluntaria. De acuerdo con la documentación conservada, se llegaron a poner bajo control de la organización agrícola 409,83 mujadas, correspondientes a 196,72 hectáreas de terreno, distribuidas en 17 zonas de cultivo en todo el municipio.
Se calcula que a inicios del año 1937 la Colectividad de Campesinos de Pla de Besòs estaba integrada por más de 280 trabajadores del campo que recibían liquidaciones por las jornadas trabajadas. Además, también recibirían aportaciones los jornaleros que tiempo después fueron movilizados en el frente de combate.
La gestión de la colectividad agrícola comportó, durante los poco más de 28 meses de existencia, enfrentamientos continuos con el Ayuntamiento de Pla de Besòs, muestra de las tensiones existentes dentro del bando republicano entre ERC, el PSUC y la CNT .