
Desde su experiencia como entidad dedicada a la educación en el ocio, la Fundación elabora un listado de recomendaciones y dinámicas basadas en el juego con el objetivo de dar recursos a las familias para poder afrontar estos días complicados emocionalmente que pueden generar inquietudes y angustias a los más pequeños de casa. Mas información – Enlace
La finalización del verano y el inicio del curso escolar llegan siempre acompañados de un abanico de emociones que no siempre son fáciles de gestionar. Volver al aula y reencontrar a los compañeros y maestros después de un verano en el que hemos desconectado tanto y durante tantos días puede generar inquietudes y angustias, especialmente entre los niños más pequeños. Afrontar con empatía y normalidad estas situaciones, en un momento que suele coincidir también con el retorno a la rutina laboral, puede convertirse en un reto tanto para niños como para adultos de la familia. Con un poco de preparación y varios consejos prácticos, la transición puede ser más suave e incluso divertida. Desde su experiencia como entidad que lleva más de 60 años dedicada a desarrollar proyectos de educación en el ocio, la Fundación Pere Tarrés propone 10 consejos para aplicar en familia para permitir una entrada de curso más agradable e ilusionante, acompañados de algunas dinámicas basadas en el juego que pueden ayudarle a visualizar cómo poner en práctica estos pequeños cambios en el día a día.
- Cierra simbólicamente el verano y planifica bien el aterrizaje en la escuela. Después de semanas de desconexión, es conveniente realizar una reconexión progresiva a las rutinas escolares unos días antes, cerrando el verano y preparándonos mentalmente para el nuevo curso.
- Podemos realizar un cierre simbólico organizando una noche de historias donde cada miembro de la familia comparta el momento más especial de las vacaciones. Esta actividad se puede complementar con un picnic el fin de semana antes de que empiece la escuela donde podemos aprovechar para hablar sobre qué esperamos del nuevo curso o, con los más pequeños, un calendario hecho a mano que les sirva para ir haciendo una cuenta atrás y descontar los días que quedan por ir a clase.
- Prepara su primer día. El primer día es importante. Hay que prepararlo el día antes y levantarnos y levantar a los niños con tiempo para hacer una transición reposada.
- Una forma divertida de que la mañana del primer día esté todo a punto puede ser hacer el día antes una “caza del tesoro escolar”, con pistas que lleven al niño a encontrar todo lo que necesite para la escuela, o un “desfile” de moda” para que el niño o niña elija varias opciones de ropa para el día D. La mañana que comience la escuela podemos desayunar juntos o preparar un desayuno especial.
- Pregúntale cómo le ha ido el día: Interésate sobre la jornada de tu hijo o hija, pregúntale qué ha hecho o qué ha aprendido. Especialmente, el primer día por el componente emocional que puede tener, pero también es importante dedicar todos los días a lo largo del curso un momento a reflexionar sobre la jornada.
- Ejemplo: un buen momento puede ser durante la cena. Mientras coma, hazle preguntas como «¿Qué has aprendido hoy que no sabías antes?». Una forma diferente de poder compartir las inquietudes del día a día puede ser regalar al niño o la niña un diario del nuevo curso donde pueda escribir o dibujar sus expectativas al inicio y sus experiencias durante el curso. Regularmente, podemos ir revisando y promoviendo conversaciones sobre lo que se refleja.
- Establece rutinas conjuntamente y de mutuo acuerdo. A lo largo de los siguientes días, será muy importante, después de semanas en las que la improvisación ha pasado por encima de las rutinas, destinar momentos del día para estudiar, leer y también para descansar.
- Después de cenar, podemos leer un libro junto a nuestros hijos e hijas durante 20 minutos antes de ir a dormir .
- Lee con ellos y ellas: La lectura es una actividad recomendable y provechosa a cualquier edad, pero especialmente en las primeras etapas educativas es básica: los libros abren nuevas ventanas al mundo, promueven la conexión con los demás, fomentan la imaginación y la creatividad y favorecen el aprendizaje. Así que es básico que de pequeños acompañemos a nuestros niños en el descubrimiento de la lectura.
- Podemos realizar excursiones regulares a la biblioteca del barrio, elegir juntos un libro y, en el caso de los niños más pequeños, leer un capítulo juntos cada noche. De esta forma fomentaremos la lectura colectiva, la escucha activa y la imaginación. Otra actividad para niños y niñas mayores puede ser formar un club de lectura con todos los miembros de la familia y encontrar un espacio periódico para compartir opiniones y reflexiones sobre los libros escogidos.
- Busca espacios fijos y prepáralos para que sean agradables para estudiar y realizar las tareas de escuela: Siempre que nos sea posible, es muy recomendable encontrar un lugar tranquilo, luminoso y bien equipado en casa para que nuestro hijo o hija pueda estudiar o hacer los deberes.
- Preparamos un escritorio, si es posible en el dormitorio del niño, con buena luz y con todos los materiales que necesite al alcance para que sea un lugar agradable de trabajo. Podemos realizar manualidades para decorar este rincón y personalizarlo al gusto del niño. También es recomendable dejar que los niños puedan personalizar su material escolar con pegatinas, dibujos, cintas de colores… Esto hará que aumente su motivación por las manchas de la escuela.
- Habla con los maestros: Tanto si son nuevos como si ya los conocemos, hay que saber qué esperan de tu hijo o hija, de sus emociones, relaciones y de su desarrollo en el espacio educativo.
- Asiste a las reuniones de la escuela y pregunta a los maestros y maestras cómo podemos ayudar desde casa.
- Ofrece ayuda con los deberes: Si tu hijo o hija tiene problemas a la hora de realizar las tareas que lleva de la escuela, es importante reforzarlos con tu ayuda. Si tu hijo o hija quiere saber más sobre algún tema del que tú no estás suficientemente informado, busca información o actividades programadas para aprender juntos este nuevo conocimiento.
- Podemos visitar museos o exposiciones relacionados con sus intereses o buscar información juntos. Si no sabemos cómo ayudarles con algunas tareas concretas, podemos buscar un tutor que haga este acompañamiento algún día a la semana o también utilizar recursos online, como vídeos educativos.
- Reduce el tiempo destinado a pantallas: La consola de juegos, móviles o tabletas han sido compañeros de viaje estas vacaciones, pero ahora hay que ir reduciendo su uso. No dejes que pasen muchas horas delante de la pantalla e intenta que éste no sea el único recurso de ocio.
- Establece una «hora sin pantalla» después de la escuela donde puede jugar a juegos de mesa. Pequeños momentos de recreo «analógicos» son muy importantes para crear complicidades y generar confianza para explicar el día a día.
- Escúchalo y participa de la vida de la escuela: Si tu hijo está preocupado por algo que vive en la escuela o durante su día a día, escúchalo y ayúdale a encontrar la manera de canalizar los sus sentimientos. También es importante participar en la vida de la escuela y en las actividades que se organicen y asistir a las reuniones de padres, para estar más conectado con el entorno de tu hijo o hija.
- Si tu hijo o hija tiene que hacer una prueba, repase o practica juntos o busque recursos para ayudarles a prepararse. Podemos hacerlo en un formato de juego, preparando papeles con preguntas sencillas y respuestas con emoticonos o dibujos que representen emociones: esto le facilitará poder expresar mejor sus sentimientos o emociones.
Estas diez recomendaciones se podrían resumir en una: acompaña a tu hijo o hija, escúchalo y está presente y pendiente de su evolución emocional ante un reto tan importante como es empezar un nuevo curso lectivo. Las emociones y las inquietudes que seguro que surgirán estos días no siempre son fáciles de expresar con palabras. Hay que ayudar a los niños de casa a expresar estos sentimientos ya comprenderlos, y sobre todo, a entender que ninguna de estas emociones es mala. Todas son necesarias y de todas podemos aprender.
Estos consejos han sido propuestos por Helena Gregorio, del departamento de Escola i ocio de la Fundación Pere Tarrés.